Abrir Puertas con Fe: Reflexiones sobre Mateo 7,7-12

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-12):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».

Palabra del Señor.

Introducción: La puerta hacia la comprensión y la acción:

En la vida, nos enfrentamos a desafíos que nos invitan a buscar, a tocar puertas y a preguntar. La promesa de que se nos dará, se nos abrirá y encontraremos, no es solo una invitación a la esperanza, sino también un llamado a la acción. En nuestro caminar diario, en el trabajo de la parroquia y en los movimientos apostólicos, esta enseñanza se convierte en una guía luminosa que nos alienta a no desfallecer en la búsqueda de lo bueno, lo verdadero y lo bello.

La práctica de la generosidad:

La generosidad es una virtud que se cultiva día a día, especialmente en nuestro servicio a la comunidad. Al dar sin esperar nada a cambio, reflejamos la esencia de la enseñanza: “Todo cuanto queráis que los hombres hagan con vosotros, así también hacedlo vosotros con ellos”. Esta regla de oro nos invita a poner en práctica la empatía y el amor al prójimo, pilares fundamentales en el trabajo parroquial y en los movimientos apostólicos.

La importancia de la perseverancia en la fe:

La invitación a “pedir, buscar y llamar” es también un llamado a la perseverancia. En nuestra jornada espiritual y en el acompañamiento a nuestra comunidad, enfrentamos momentos de desaliento y duda. Sin embargo, la confianza en que nuestras súplicas serán escuchadas y atendidas nos motiva a seguir adelante, fortaleciendo nuestra fe y la de aquellos a quienes servimos.

Construyendo comunidades de acogida y amor:

La enseñanza de tratar a los demás como nos gustaría ser tratados es fundamental para crear comunidades inclusivas y amorosas. En la parroquia y en los movimientos apostólicos, este principio nos guía para acoger a todos, sin distinción, promoviendo un ambiente de respeto, comprensión y apoyo mutuo. Es en este contexto donde la verdadera transformación personal y comunitaria tiene lugar.

El testimonio de vida como reflejo del evangelio:

Nuestro mayor testimonio es nuestra vida. Las acciones inspiradas en el amor, la generosidad y la perseverancia hablan más fuerte que las palabras. En la cotidianidad, en nuestro trabajo parroquial y en los movimientos apostólicos, somos llamados a ser ejemplos vivos de las enseñanzas del evangelio, mostrando al mundo que es posible vivir de acuerdo a estos valores eternos.

Conclusión: Un llamado a la acción y al amor:

La lectura de Mateo 7,7-12 no es solo un recordatorio de la bondad y la misericordia que se nos ha prometido, sino también un llamado a ser activos participantes en la construcción de un mundo más justo y amoroso. En nuestra vida diaria, en la parroquia y en los movimientos apostólicos, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de poner en práctica estas enseñanzas, siendo instrumentos de cambio y esperanza en nuestra sociedad.