Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,22-25):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».Palabra de Dios.
Introducción: La esencia del mensaje:
En el corazón de nuestro caminar diario, encontramos palabras que resuenan con una profundidad que trasciende el tiempo y el espacio. El pasaje de san Lucas nos invita a reflexionar sobre el verdadero significado del sacrificio, la entrega y el seguimiento de un camino que, aunque desafiante, nos lleva hacia una plenitud inigualable. Este camino no es otro que el de la transformación personal y comunitaria, donde cada paso tomado es un reflejo de nuestra capacidad para mirar más allá de nosotros mismos y abrazar un bien mayor.
El llamado a la transformación personal:
La vida nos presenta constantemente desafíos que nos invitan a mirar dentro de nosotros mismos y cuestionar nuestras prioridades, valores y el propósito de nuestras acciones. El mensaje de san Lucas es claro: para encontrar la verdadera vida, debemos estar dispuestos a perderla por un bien mayor. Esta paradoja nos enseña sobre la importancia de la entrega y el desapego de aquello que consideramos indispensable para nuestra existencia. En la práctica diaria, esto se traduce en actos de generosidad, empatía y servicio hacia los demás, especialmente en nuestro trabajo en la parroquia y en los movimientos apostólicos.
La importancia del servicio comunitario:
El servicio a la comunidad es el pilar sobre el cual se construye una vida de fe auténtica. A través del trabajo en la parroquia y los movimientos apostólicos, somos llamados a ser luz para los demás, ofreciendo nuestro tiempo, talento y tesoro en beneficio del bien común. Este compromiso con el servicio no solo nos permite vivir el evangelio de manera concreta, sino que también fortalece nuestra comunidad, haciéndola un reflejo del amor y la compasión que predicamos.
El desafío de seguir el camino:
Seguir el camino que se nos presenta en el evangelio no es tarea fácil. Requiere de una constante introspección, voluntad y la capacidad de enfrentar las adversidades con fe y esperanza. En este viaje, no estamos solos; nuestra comunidad de fe nos ofrece el apoyo y la guía necesarios para superar los obstáculos que encontramos. La práctica de la oración, la meditación y la participación activa en los sacramentos son herramientas esenciales que nos fortalecen en nuestro compromiso de seguir adelante, a pesar de las dificultades.
Conclusión: Un llamado a la acción:
La lectura del evangelio según san Lucas nos invita a una reflexión profunda sobre nuestra vida y nuestro compromiso con los demás. Nos llama a ser agentes de cambio, dispuestos a sacrificar nuestros deseos personales por un bien mayor. Este camino de entrega y servicio no solo nos lleva hacia una mayor plenitud personal, sino que también contribuye a la construcción de una comunidad más justa, solidaria y compasiva. Que este mensaje nos inspire a actuar con amor y determinación, buscando siempre el bienestar de los demás y el crecimiento de nuestra comunidad de fe.