“Lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús”. (2 Tim 2, 10)
Los Obispos de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, ante los recientes acontecimientos vividos por la Iglesia en Nicaragua expresamos:
- Que creemos firmemente en el diálogo como camino de entendimiento y fuente de sanación.
- Que, para que se dé un clima de diálogo es indispensable el cese de la violencia y la agresión y que se garanticen los derechos constitucionales de todos los nicaragüenses, y en el caso de los extranjeros, de los que allí se han insertado legítimamente en la sociedad para realizar la obra humanitaria y religiosa para la que se les admitió al país.
- Vemos con creciente preocupación que se estén utilizando los poderes del Estado para cerrar emisoras católicas, expulsar religiosos que trabajan con los sectores más vulnerables y vulnerados, y por otro lado no se utiliza esa misma autoridad para evitar los ataques a la libertad religiosa y la destrucción de lugares de culto, principalmente católicos. Sabemos que en muchas ocasiones se comienza destruyendo los edificios para pasar luego a las personas. ¡Dios no lo permita!
- Finalmente, el confinamiento de Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, ha escalado la animadversión a niveles muy peligrosos.
- En este momento queremos decir a nuestros hermanos Obispos de Nicaragua, a todo el pueblo católico y a todas las personas de buena voluntad de esa amada Nación hermana, que los acompañamos en el dolor y la esperanza. Y que nos solidarizamos totalmente con ustedes.
- El pueblo puertorriqueño, y no solo los Obispos; los cristianos en nuestro País, y no solo los católicos, nos unimos a ustedes en oración. Uno de los hijos queridos de esta patria, Roberto Clemente, nos hizo amar con un cariño especial a Nicaragua e interesarnos de manera peculiar por lo que les pasa. Desear su felicidad y llorar con sus desgracias.
- Encomendamos a la Virgen Inmaculada y a Nuestra Madre de la Divina Providencia a la Iglesia nicaragüense, de manera que puedan encontrar la paz que desean y se merecen.
En San Juan, Puerto Rico, 17 de agosto de 2022.
+Rubén A. González Medina, cmf
Obispo de Ponce
Presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña
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