Escuchar para Servir: Reflexiones sobre Marcos 7,31-37

Lectura del Evangelio según san Marcos (7,31-37):

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.»
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Palabra del Señor

Introducción a la Reflexión:

En la vida cotidiana, nos enfrentamos a desafíos y situaciones que ponen a prueba nuestra fe, nuestra paciencia y nuestra capacidad para amar y servir a los demás. La lectura del Evangelio según san Marcos (7,31-37) nos ofrece una perspectiva profunda sobre cómo podemos vivir nuestra fe de manera más auténtica y significativa, especialmente en el contexto de nuestro trabajo en la parroquia y en los movimientos apostólicos.

La Enseñanza Central:

El pasaje nos narra el milagro de Jesús al sanar a un hombre sordo y con dificultad para hablar. Este acto no solo demuestra el poder divino de Jesús, sino que también nos enseña sobre la importancia de escuchar y comunicarnos efectivamente con Dios y con nuestros hermanos y hermanas en la fe.

Aplicación en la Vida Diaria:

En nuestro día a día, es fácil quedar atrapados en el ruido y las distracciones del mundo, lo que puede dificultar nuestra capacidad para escuchar a Dios y a los demás. Este pasaje nos invita a abrir nuestros corazones y nuestros oídos, para ser más receptivos a la voz de Dios y a las necesidades de quienes nos rodean.

Implicaciones para el Trabajo en la Parroquia:

En el contexto de la parroquia, este pasaje nos recuerda la importancia de crear espacios de escucha y diálogo, donde todos se sientan acogidos y valorados. Esto implica no solo escuchar las palabras de los demás, sino también ser sensibles a sus emociones y experiencias, para poder acompañarlos de manera más efectiva en su camino de fe.

Relevancia en los Movimientos Apostólicos:

En los movimientos apostólicos, este pasaje nos desafía a ser instrumentos de sanación y reconciliación en el mundo. Al igual que Jesús, estamos llamados a abrir los oídos y los corazones de aquellos que están cerrados al mensaje del Evangelio, utilizando nuestras palabras y acciones para transmitir amor, esperanza y compasión.

Conclusión:

La lectura del Evangelio según san Marcos (7,31-37) nos ofrece valiosas lecciones sobre la importancia de la escucha activa y la comunicación efectiva en nuestra relación con Dios y con los demás. Nos invita a reflexionar sobre cómo podemos ser más abiertos y receptivos en nuestra vida diaria, en nuestro trabajo en la parroquia y en los movimientos apostólicos, para ser verdaderos discípulos de Cristo en el mundo de hoy.